[Manuel Torres Abarzúa] Archivos del crimen. Despiadado Juan Salvo Zúñiga masacró a madre y sus tres hijos en noviembre de 1990. Chacal borró a hachazos el alma del apacible pueblito de Alcohuaz. Llegó de ‘afuerino' a perturbar la tranquilidad de los humildes campesinos del Valle de Elqui. Y marcó su historia para siempre. Tras la carnicería, confesó que sólo intentó parar denuncia en su contra por abuso sexual de menor.
La sangre marca a fuego a las personas, los lugares y las historias.
Bien lo saben en Alcohuaz, el pueblito del Valle de Elqui, Cuarta Región, que de no figurar ni en los mapas pasó a pauta obligada de la prensa a partir del domingo 25 de noviembre de 1990.
Esa mañana el ‘afuerino' Juan Salvo Zúñiga desguazó a hachazos la bucólica vida de su gente, al asesinar a una vecina y sus tres hijos.
Su idea original, explicaría después, no era darles muerte, si no que sólo "conversar" y pedirle a la mujer que retirara la denuncia en su contra por intento de violación de su hija de 8 años.
Pero la venganza fue implacable y una nueva versión del ‘Chacal de Nahueltoro' germinó junto al río Claro, en Alcohuaz.
Bacanal
Salvo residía hacía diez años en el sector Pabellón, donde se ganaba la vida en labores agrícolas. Se hacía llamar Pablo Zúñiga y se las daba de poeta y pintor.
En la noche del sábado, horas antes del crimen, participó de una fiesta benéfica en la escuela local que financiaría los regalos navideños de los niños.
Compartió con varios vecinos. Bebió. Bebió como loco. Cuando despuntaba el alba, en medio de su borrachera se obsesionó con que debía hacer algo para detener la acusación por abuso sexual.
Zigzagueando partió hasta su rancha. Tomó el hacha y caminó hacia la casa de la vecina acusadora.
Deliceo Tapia, el dueño de casa, no estaba. A las 5 de la mañana había marchado a sus tareas de riego. No volvería hasta el mediodía.
Juan ingresó a la vivienda de adobe y se detuvo en su único dormitorio. Allí descansaban Antonia Cabrera (30) y sus hijos Jéssica (8), Joaquín (5) y Guadalupe, de tres meses.
La madre despertó sobresaltada al advertir al intruso parado frente a la cama. Escuchó sus explicaciones sobre la ‘visita' y le exigió que se fuera. No tenía nada de qué conversar con el agresor de su pequeña.
La negativa de Antonia, como relataría posteriormente el criminal a la justicia, fue tan brava y decidida que el maldito vio todo rojo y desató la carnicería.
Le asestó varios hachazos a la madre hasta matarla, mientras los niños huían despavoridos.
Al pequeño Joaquín lo ultimó de la misma forma a un costado de la mesa del comedor. A la guagüita la sacó de la cuna y la azotó contra la pared. Y a Jéssica la ultrajó antes de masacrarla.
"Me fui tranquilamente a la casa con la herramienta. Llegué, lavé mi camisa y después me bañé. Me llevé la herramienta, la tiré a la poza, después me tiré yo, saqué la herramienta de la poza y la tiré a los montes", relató fríamente el asesino.
Horror
Cuando Deliceo regresó a su hogar se enfrentó con el terrorífico resultado de la acción del sicópata. "El niño estaba botado debajo de la mesa. Creí que era una pelea entre niños... A lo mejor la Jéssica le puso un golpe en el cemento a Joaquín y la Antonia fue a pedir auxilio...", recordó el humilde campesino, en sus primeras impresiones del macabro cuadro.
Advertidos de la masacre, efectivos de Carabineros detuvieron al asesino, que confesó todo.
En 1991 ‘El Chacal de Alcohuaz' fue condenado a muerte, pero en enero de 1993 el ex Presidente Patricio Aylwin le conmutó la pena a presidio perpetuo. Cumple su castigo en la cárcel de La Serena.
Criminal ‘Eterno'
Salvo es un criminal de toda la vida. En 1975, en Arica, mató a su hermana Silvia e hirió a su padre. Pagó con 10 años de cárcel.
Por eso no fue raro que los habitantes de Alcohuaz lo apodaran ‘El psicópata' apenas pisó esas tierras.
Según el siquiatra Juan Vargas, terapeuta esotérico de Paihuano que dialogó con el asesino, "su personalidad funciona con mucha negación, muchos mundos separados. Él plantea un mundo religioso, espiritual, muy auténtico; lo vive y ofrece su sufrimiento a Dios. Por otro lado tiene este asunto que es bastante poco espiritual. Esos dos mundos, tan separados, hablan de una personalidad muy sicótica".
Pintor Naif y Poeta
El ‘Chacal' está a punto de cumplir 60 años. Hace 16 que pasa sus días detrás de gruesos barrotes.
A diferencia de su primer día de cana en el penal de Vicuña, donde lo aislaron para que los demás reclusos no lo mataran, en el chucho de La Serena es un 'líder religioso' que goza del respeto de sus hermanos.
Así de extravagante es la personalidad del homicida que conmocionó al Valle de Elqui.
"Ilustrado"
Salvo se crió en los campos de Melipilla. Es soltero, aunque asegura que se casó en 1969 y tiene hijos.
Desde 1972 se considera un poeta. Y verso no le falta. Cuando la policía allanó su casa en Alcohuaz encontró varios escritos. Entre ellos, un poema sobre Monte Grande.
Su primera obra fue un verso para su madre. También redactó un libro manuscrito de 450 páginas, ‘El amigo de yo, y mi mundo calvario'.
En varias entrevistas se ha confesado admirador de Gustavo Adolfo Bécquer y Gabriela Mistral. No le gustan las novelas. Prefiere la filosofía y la sicología, dice. "Sé que tengo una revolución en la mente", subraya.
También es aficionado a la pintura al óleo y acrílico. Cultiva el estilo naif y ha vendido la mayoría de sus cuadros.
[Manuel Torres Abarzúa]
[16 de agosto de 2006]
[©la cuarta]
16 agosto 2006
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1 comentario:
Interesante reportaje...
Aunque no lo crean el chacal vivia en la casa de mi papa (la casa era de mi abuelo) y segun mi papa dormian en la misma pieza... Mi papa me comenta que el chacal era muy tranquilo y que llego a la casa luego de cumplir una condena por matar a un familiar.. alla lo llevaron los carabineros y fue bien recibido!!!
mi abuelo se llama MARIO RODRIGUEZ (Q.E.P.D) y mi papa se llama JUAN CARLOS RODRIGUEZ!!
saludos y me veo sorprendido por el reportaje ....
aunque este es mas real que el que hicieron para el programa mea culpa!!!
saludos nuevamente!!
contactarme a sebathrash.9@gmail.com
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