Pinochet dijo que el general Arellano "siempre se mandó solo" y negó su culpa en crímenes. También traspasó al general W. Carrasco decisión en muerte de intendente de Talca. Declaraciones del ex dictador en el caso Prats y en el del intendente de Talca Germán Castro se interpretan como rechazar su propia responsabilidad en violaciones de los derechos humanos, culpando a sus subalternos directos.
El ex dictador Augusto Pinochet negó tener responsabilidad en las actuaciones constitutivas de delito cometidas por su general Sergio Arellano Stark, y dijo que éste actuó siempre al margen de su mando. "Arellano siempre se mandó solo", declaró lacónicamente Pinochet al juez Alejandro Solís, quien el lunes lo interrogó respecto del crimen del general Carlos Prats y su esposa en 1974 en Buenos Aires.
La pregunta del juez Solís tuvo relación con un hecho hasta ahora desconocido, como fue un viaje del general Arellano a la capital argentina a fines de 1973, para coordinar con el Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE) la vigilancia del general Prats, después de que fue obligado a irse del país luego del golpe militar de 1973. El viaje de Arellano con este fin consta en el proceso a partir de uno de los documentos desclasificados por el Departamento de Estado norteamericano.
Cómo Eludir
La actitud de Pinochet respecto de Arellano fue entendida en el ámbito de los querellantes en causas por delitos de lesa humanidad, en especial en el proceso por los crímenes de la Caravana de la Muerte donde Arellano comandó el escuadrón en calidad de "oficial delegado" del jefe del Ejército, como un intento de eludir sus propias responsabilidades traspasándolas a quienes fueron sus altos mandos subalternos.
Algo similar hizo el ex dictador en mayo último, cuando interrogado en el juicio que se instruye en Talca por el crimen del ex intendente de esa ciudad Germán Castro ocurrido el 27 de septiembre de 1973, dejó entender -aunque sin culparlo en forma directa- que fue el general Washington Carrasco quien por iniciativa propia habría ordenado matar a Castro sin juicio previo.
En este caso, Pinochet afirmó que "al momento del pronunciamiento militar, el general Carrasco tomó a su cargo la guarnición de Concepción, es decir la Tercera División del Ejército, y ellos eran independientes. Sus resoluciones las adoptó sin consultarme a mí para nada".
"Si el general Carrasco pudo ordenar la ejecución de Germán Castro no me atrevo a aventurar juicio, porque podría equivocarme. Pero la verdad es que cada uno guarda esas cosas para sí mismo, esas cosas no se comentan", agregó el ex jefe militar.
No obstante, a pesar de tender también un velo de culpa sobre el general Carrasco en este crimen, la declaración del ex auditor de la Tercera División de Ejército en Concepción, Gonzalo Urrejola Arrau, efectuada a la Comisión Rettig el 18 de agosto de 1990, fue directa: "El señor Germán Castro, intendente de Talca, fue ejecutado en el regimiento Chorrillos de esa ciudad antes de que terminara su proceso. Esta ejecución se efectuó por orden telefónica de Augusto Pinochet Ugarte. Yo me trasladé a Talca para corregir la anormalidad del procedimiento y se dictó una sentencia post-mortem".
Culpar a Subalternos
En cuanto a la también velada culpa que Pinochet atribuyó al general Arellano Stark en sus actuaciones, el abogado querellante en el proceso por la Caravana de la Muerte, Hugo Gutiérrez, afirmó a La Nación que "Pinochet empezó a culpar a sus subalternos de los crímenes que él mismo ordenó, como los de la caravana, del general Prats y del intendente de Talca Germán Castro, donde hay una declaración directa del ex auditor Urrejola que lo inculpó de ese crimen. Lo mismo ha estado haciendo con el jefe de la DINA Manuel Contreras, que todos sabemos que actuó siempre por orden directa del dictador".
[Jorge Escalante]
[3 de agosto de 2006]
[©la nación]
03 agosto 2006
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