07 agosto 2007

dieciocho veces asaltada

[Chiloé] Un gran perjuicio económico ha sufrido una de las comerciantes de la Feria Llauquil. Como si no fuera poco la cantidad de robos que la han afectado, su local presenta un pésimo estado a raíz de la humedad.
Una penosa situación vive una comerciante de la Feria Artesanal Llauquil de Quellón. A la mujer, literalmente le "llueve sobre mojado", porque además de padecer su local las inclemencias del tiempo ha sufrido en carne propia lo que debiera ser un récord en la delincuencia.
Nada menos que en 18 ocasiones, María Oyarzo ha sido víctima de los antisociales que han sustraído especies de su puesto en el recinto turístico de la ciudad puerto.
La feriante sostiene que la acción de los delincuentes le ha causado un importante perjuicio económico. "Tengo papeles que acreditan que mi local ha sido víctima de robos esa cantidad de ocasiones", afirma.
A juicio de la comerciante de artículos de lana y diversos objetos artesanales, las escasas medidas de seguridad con las cuales cuenta hoy el recinto ubicado en la calle Agustín Gómez García, facilitan la acción de los delincuentes, quienes no han tenido mayores obstáculos para introducirse por una angosta ventana y de ahí sacar al exterior la mercadería.
"Pagamos mensualmente 20 mil pesos en arriendo, trabajamos con todas las de la ley, pero aún así nadie nos garantiza que los robos no sigan ocurriendo", señala la quellonina, quien agrega que el lugar es frecuentemente utilizado como sitio de concentración de adolescentes y parejas que se ocultan en la oscuridad en la que está sumida un rincón del recinto ferial.

Anegamiento
La locataria precisó, igualmente, que no tolera el pésimo estado en el que se encuentra la techumbre de la galería artesanal, la que a pesar de los reiterados reclamos al municipio, no ha sido debidamente reparada. "Tengo que estar barriendo hacia fuera el agua que se introduce a mi local producto de las numerosas goteras que caen dentro", manifiesta la comerciante, situación que la obliga día tras día estar vaciando los recipientes que se llenan con mayor frecuencia cuando se intensifica la lluvia.
Oyarzo cuenta que esta realidad la ha llevado a tener que deshacerse de una gran cantidad de artículos para la venta, los que han resultado inservibles producto de la humedad que se genera al interior del módulo. Ello, sin considerar el perjuicio para la salud de la propia afectada.
En opinión de la mujer, el Departamento de Obras Municipales debería instruir una mayor fiscalización a las labores de mejoramiento del recinto. "Me da vergüenza de ir tantas veces a la municipalidad; siento impotencia, por la indiferencia", concluye.
[Christian Gallardo Barría]
[cgallardo@laestrellachiloe.cl]

[7 de agosto de 2007]

estrella de chiloé]

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