23 agosto 2008

La Violó y Enterró Viva

[Santiago] ‘Psicópata del pincel' golpeó a su víctima con el mango de una picota. Para la Fiscalía Oriente, Antonio Carvajal violó, golpeó y después sepultó aún viva a María Isabel Pérez. Ayer, tres carabineros declararon en el Séptimo Tribunal Oral Penal revelando tétricos detalles del caso.
Macabros antecedentes se conocieron en la cuarta jornada del juicio contra Antonio Carvajal Valdivieso (41), el llamado ‘Psicópata del pincel', imputado por la violación y asesinato de la universitaria María Pérez Aravena (26), ocurrido el 14 de septiembre de 2007.
De partida, en el tribunal se reveló que el arma usada en el crimen fue el palo de una picota, con el cual -según el fiscal Rodrigo Lazo- Carvajal golpeó a la joven en la cabeza. Además, se supo que la víctima también sufrió cortes con arma blanca en la espalda y que la enterraron boca abajo y desnuda.
Estos antecedentes fueron entregados por tres carabineros que declararon en el Séptimo Tribunal Oral Penal, integrado por las juezas Karina Ormeño (presidenta), Gloria Chacón y Olga Ortega. Los fiscales son Lazo y Patricia Muñoz. Los defensores, Bárbara Antivero y Guillermo Aguilera.

A 90 Centímetros
El cabo Raúl Rebolledo contó que en la noche del 15 de septiembre, un día después del crimen, la amiga de la víctima y principal testigo del caso, Carla Ramos Espinoza (20), había escapado de Carvajal en la calle. El sujeto la tenía amenazada con un cuchillo y ella corrió a una ambulancia.
Rebolledo recordó que la joven estaba en crisis de pánico y gritaba que un hombre había matado a su amiga y la había enterrado en el patio. El policía añadió que acompañaron a la testigo al lugar del crimen, calle Juan Bagynka 3959-A, Macul, donde efectivamente encontraron el cuerpo.
Luego, declaró el cabo José Meza, quien integró el equipo que cavó en el patio. Dijo que había hallado el cadáver de una joven boca abajo, desnuda, cubierta con yeso y con claras señas de haber sido brutalmente golpeada. La fosa tenía 90 centímetros de profundidad y estaba bajo un parrón.

Reveladora Pericia
Después subió a estrado el teniente Héctor Cabrera, del OS-9, unidad a cargo de los peritajes. Dijo que las paredes de la habitación de Carvajal, donde se produjo el asesinato, habían sido limpiadas con agua y cloro, pero aún así encontraron rastros de sangre en los muros y algunos objetos.
Explicó que los peritos aplicaron el químico Luminol sobre las paredes, el que delata la presencia de sangre humana. Para observar la reacción química, los policías dejaron a oscuras la habitación y proyectaron luz ultravioleta. De inmediato surgieron manchas de sangre.
Estas manchas, agregó el teniente Cabrera, eran del tipo proyectivo y de goteo. Las primeras se producen por el impacto de un objeto contundente sobre la víctima, es decir, al momento del golpe. Y las segundas, por una hemorragia.
Durante la declaración del teniente, la fiscalía mostró diversas imágenes de la casa en que ocurrió el crimen, incluyendo la fosa y el cuerpo, las piezas de Carvajal y su amigo Petre Guinea, las paredes y objetos que tenían restos de sangre, el arma homicida, un cuchillo y un machete.

Declaró la Madre
Posteriormente, declararon Virginia Lara y Julio Vivanco, dueños del negocio en que Carvajal compró el cloro y detergente para limpiar las paredes de sangre. También comparecieron los jóvenes integrantes de la iglesia bautista a la que asistía la víctima.
La jornada concluyó con la declaración de Rosa Espinoza, madre de Carla Ramos. Al igual que el padre de la joven, quien se presentó en el tribunal el miércoles, la mujer contó que durante dos días llamaron en repetidas oportunidades a su hija y que en dos ocasiones les contestó Carvajal.
En ambas ocasiones, Carvajal les aseguró que Carla se encontraba bien, aunque nerviosa porque la estaban molestando con preguntas acerca de una persona desaparecida (su amiga María Isabel Pérez). En una de las llamadas, Carla le pidió ayuda a su padre y Carvajal cortó las comunicaciones.

¿Quién Es Culpable?
Para la Fiscalía Oriente, Antonio Carvajal violó, golpeó y después sepultó aún viva a María Isabel Pérez. Sin embargo, en el tribunal aún no declaran los peritos que acreditaron el ultraje sexual. Tampoco los que determinaron que la joven aún estaba viva al momento de ser enterrada.
Según la defensa, Carla Ramos y un "desconocido" mataron y enterraron a la víctima cuando Carvajal no se encontraba en la casa. De ser hallado culpable, el ‘profesor' de pintura arriesga presidio perpetuo efectivo, es decir, una condena de 40 años de cárcel, sin beneficios.
[23 de agosto de 2008]
la nación]

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