30 noviembre 2007

lloró por pecar contra su hija

[Chiloé] Entre sollozos, el sujeto reconoció que ultrajó a la menor en varias oportunidades, mientras permanecían en su domicilio en Chonchi.
"Es verdad todo lo que pasó... Estaba curado cuando sucedieron las cosas, no sabía lo que hacía, estoy tan arrepentido". Así reconocía ayer un obrero pesquero, en medio de sollozos y lágrimas, los aberrantes ataques sexuales cometidos a su propia hija. Impactantes declaraciones durante el juicio oral que se lleva en su contra por el delito de violación reiterada, tras los ultrajes prolongados por dos años.
Este nuevo caso que derrumbó la inocencia de una adolescente, cuando recién se empinaba por los 15 años, se concentró en el sector rural de Huillinco. Una oscura pesadilla en el seno de una familia chonchina, que se habría consumado en diversos episodios entre 2004 y mayo de 2006, cuando la menor denunció las agresiones perpetradas por su padre.

Soledad
Tal como consta la acusación contra el sujeto de iniciales C.N.L.C. (41), éste aprovechaba los instantes de soledad con la afectada para atacarla, luego de ser motivado por "sus más primitivos instintos sexuales", indicó en sus alegatos el fiscal Daniel Alvarado, quien sustanció la causa.
Según el abogado, el vecino "impuso un código de silencio a la víctima", todo para seguir consumando sus nefastas intenciones, las cuales le provocaron un daño a la estudiante "que se visualizó en un cambio radical en su conducta y en problemas de identidad sexual", aclaró el jurista.
Es así como un día explotó la menor, tras la última violación que sufrió en un aserradero cercano al domicilio. Brutal ataque que también reconoció el acusado y que derivó en la denuncia de la adolescente en su colegio.
Desde ahí se iniciaron las pesquisas que llevaron al juicio oral que ayer presentó la prueba. Cinco testigos y tres peritos por parte del persecutor buscarán "acreditar la reiteración del delito , ya que existen episodios acotados en los que ocurrió", enfatizó Alvarado.
Una calificación del ilícito, que sumada al agravante de la relación de parentesco que existe entre la víctima y el sujeto, constituye la base del Ministerio Público para solicitar una pena de 10 años y un día de presidio mayor en su grado medio contra el acusado.
Un castigo que pretende disminuir la defensa, representada por Nelson Troncoso, señalando que no existe reiteración en el delito.
"Su ejecución ocurrió en tiempos diversos, pero se trata de un tipo delictivo de la misma especie. Así que debe ser considerado un solo hecho punible, al existir una víctima y un bien jurídico atentado, como es la libertad sexual", acotó el abogado, añadiendo que el responsable mostró arrepentimiento por sus actos, "lo que debe ser considerado por el tribunal".
A su vez, invocó la irreprochable conducta anterior del obrero y su colaboración sustancial en el esclarecimiento del caso. Atenuantes que reconoció la fiscalía en favor del chonchino, quien aseguró que su conducta surgió por el alcohol.
"No me acuerdo mucho de lo que pasaba, porque estaba borracho", señalaba en el estrado, como justificación a la fuerza empleada contra la menor para ultrajarla y obligarla a repetir estas relaciones impropias, las cuales mantienen a la hoy joven de 18 años, siguiendo un programa especial de reparación para intentar olvidar la peor experiencia que le dejo su propio padre.
[30 de noviembre de 2007]
estrella de chiloé]

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